
A PROPÓSITO DE LAS “CARTAS A UN JOVEN POETA”
DE RAINER MARIA RILKE
DE RAINER MARIA RILKE
La primera carta incita al joven a que se busque así mismo, para que sus versos tengan carácter propio y utilice esas referencias silenciosas y ocultas, implícitas en sus poemas, para mejorar y no dejarse llevar por los juicios que los demás aporten sobre sus producciones. Lo invita a buscar la razón de su deseo de escribir en su corazón entender si lo suyo si es crear, teniendo presente que “quien crea debe constituir un mundo para sí y en la naturaleza a la que se ha integrado”, debe estar en armonía con la fuente de las verdaderas creaciones, con el origen de la creación.
Un artista al crear debe estar en sintonía con su ser, con su silencio interior, con sus deseos, para que sus creaciones estén llenas de la sabiduría suficiente, claro está, cuidando de no atiborrarlas de los miedos e ignorancias humanas, como el tiempo. Es por eso que para el artista no existe el tiempo, la paciencia lo es todo.
Estas cartas son más que una simple respuesta a una serie de dudas de un poeta, que apenas se está descubriendo, que espera estar convencido de que sus versos son agradables para quien los lea. Es en este punto en donde Rainer Rilke lo lleva por la senda de la duda, en donde comprobará si es placentero y fácil o si definitivamente solo busca agradara a los demás y vivir siempre de su oficio. Entre muchos otros consejos está la recomendación para acercarse a los libros, a tener una excelente amistad con ellos y que hagan parte de sus mejores amigos.
Un artista necesita el amor y el deseo en la justa medida, para sentirse pleno y que sus intérpretes lo sientan también.
Lograr estar solo, amar , abrirse y entregarse a la creación, al amor, como resultado de la soledad profunda y el trabajo interior, constante en un verdadero artista, un artista que crece cuando crea y piensa en sus obras y hace crecer a quienes conocen sus expresiones. Que no le tiene miedo a lo desconocido, aprovecha para vivirlo, para enriquecer las experiencias de la vida especialmente las del arte, porque es consciente de la riqueza que adquiere cuando permite que lo nuevo llegue a él.
El arte es una forma de vivir y se logra si desea prepararse para él, mientras vive.
Un artista al crear debe estar en sintonía con su ser, con su silencio interior, con sus deseos, para que sus creaciones estén llenas de la sabiduría suficiente, claro está, cuidando de no atiborrarlas de los miedos e ignorancias humanas, como el tiempo. Es por eso que para el artista no existe el tiempo, la paciencia lo es todo.
Estas cartas son más que una simple respuesta a una serie de dudas de un poeta, que apenas se está descubriendo, que espera estar convencido de que sus versos son agradables para quien los lea. Es en este punto en donde Rainer Rilke lo lleva por la senda de la duda, en donde comprobará si es placentero y fácil o si definitivamente solo busca agradara a los demás y vivir siempre de su oficio. Entre muchos otros consejos está la recomendación para acercarse a los libros, a tener una excelente amistad con ellos y que hagan parte de sus mejores amigos.
Un artista necesita el amor y el deseo en la justa medida, para sentirse pleno y que sus intérpretes lo sientan también.
Lograr estar solo, amar , abrirse y entregarse a la creación, al amor, como resultado de la soledad profunda y el trabajo interior, constante en un verdadero artista, un artista que crece cuando crea y piensa en sus obras y hace crecer a quienes conocen sus expresiones. Que no le tiene miedo a lo desconocido, aprovecha para vivirlo, para enriquecer las experiencias de la vida especialmente las del arte, porque es consciente de la riqueza que adquiere cuando permite que lo nuevo llegue a él.
El arte es una forma de vivir y se logra si desea prepararse para él, mientras vive.
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