miércoles, 8 de agosto de 2012


ALGO DE REALIDAD  
 

Carmen vive con sus hijos en un país en donde la esclavitud es menos disimulada que en otros lugares. Ella trabaja como cocinera en una hacienda todo el día, mientras sus pequeños también lo hacen en una finca cercana, a veces van a estudiar, por lo que sólo se encuentran en la noche.
Carmen vivía en su casa con sus hijos, hasta cuando tuvieron que vender todo, para pagar el tratamiento que Carlos, uno de sus hijos. Al terminar el tratamiento recorrieron por muchos lugares en busca de vivienda y trabajo; después de ensayar en diferentes partes, finalmente, encontraron algo que se parecía un poco al lugar en donde habitaban, una finca. Pasados algunos días entendieron que el dueño es un hombre muy desconsiderado con sus obreros y que su único interés era el dinero, sin importarle lo que tenga que hacer para logarlo.
Los primeros días en este lugar fueron muy difíciles, porque tuvieron que pasar por situaciones que herían profundamente sus corazones. Tanto así, que un día como muchos otros el dueño llego a la pequeña casa en donde descasaban y les apago la luz eléctrica. Manuel, el menor, que no se aguanto más, le pregunto: ¿“Señor: por qué te llevas el sol en las noches justo cuando más lo necesitamos?”, a lo que le respondió con una risa burlesca y llena de prepotencia.
El patrón en donde viven no permite que sus obreros y obreras utilicen la luz eléctrica, porque esto genera muchos gastos. La luz es únicamente para la familia dueña de la finca, que es la propietaria de la riqueza de la región, siendo una de las razones para tener mejores cosas que los demás pobladores.
Carlos y Manuel sienten mucha indignación cuando llegan a casa y no pueden estudiar, ni escuchar radio, actividades que los unen como familia.
Manuel decidió gastar algo de lo poco que ganaba comprando velas y fósforos, para no tener que preguntarle nunca más a ese señor tan malo, ¿por qué se lleva el sol en las noches, cuando más lo necesitan? Entonces, esta fue la mejor idea, para leer los libros que en el día no pueden leer y enterarse de las cosas que dicen en la radio, ah, pero lo mejor es cantar esas canciones que traen tan bonitos recuerdos de familia.
Un día, el patrón estaba paseando por la finca y vio una luz que titilaba a lo lejos, por lo que decidió acercarse para verificar el origen y la razón de ésta que únicamente puede estar en su casa. Al acercarse se dio cuenta de que esta luz provenía de la familia de la cocinera, a quienes ya les había advertido que estaba prohibido tener luz en sus casas. Se lleno de cólera y de un golpe abrió la puerta, para entrar con una ráfaga de viento, que claro apagò las velas y una sensación indescriptible de miedo atravesó sus corazones, al mismo tiempo en que la imagen de un hombre aparecía en la puerta. Al instante se escuchó una voz llena de ira que los hizo salir de allí, para no volver jamás y tener que seguir andando por el mundo buscando un lugar en donde puedan hacer lo que tanto les gusta y ser felices.

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